Se llaman "ángeles de cuatro patas" porque ayudan a los equipos de socorro a salvar decenas de vidas humanas. ¿De que manera?Metiéndose sin temor en las sinuosidades y en las grietas más estrechas pasando entre una viga y un cúmulo de escombros...con su olfato son capaces de indicar con precisión el punto en que hay personas enterradas que tienen que ser salvada: son los perros de las unidades cinófilas de salvamento, animales especiales que se revelan mucho más útiles de cualquier otro instrumento de encuesta electrónica.
Los perros de rescate deben ser muy mansos, dóciles y sobre todo obedientes. Tienen que tener "buena salud, no ser miedosos y ser muy sociables".
Un perro de salvamento "hace en 20 minutos el trabajo que un grupo de personas realiza en diez horas". La duración del trabajo del animal depende de las circunstancias:"durante un terremoto, por ejemplo, no es aconsejable tenerlos más de 20 minutos trabajando. El polvo, el humo etc taponan su nariz y el rendimiento no es al cien por cien.
También el perro es un compañero imprescindible en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Se utiliza para la búsqueda de droga o explosivos.
Para este tipo de trabajo es válido "cualquier perro que tenga buen instinto de caza, que le gusta seguir el señuelo". Una buena condición física es muy importante. Estos perros son auténticos "atletas".
Por fin hay el perro guía que ayuda a las personas con ceguera. Ellos costituyen la seguridad y autonomía que necesitan para poder desplazarse solos.
La Fundación ONCE es el centro responsable de la selección y entrenamiento de estos ejemplares. Esta institucíon trata de preparar el perro para vivir al lado de un ciego.
Las razas que más se utilizan son el Labrador, el Golden Retriever o el Pastor Alemán.
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